Vuelvo en marzo


F
altaba una semana para que terminaran las clases y pasó lo que nunca había pasado en ninguna parte del mundo. Fue en el pueblo de Bosquecito. Porteros, maestros y alumnos se dirigieron a la escuela como todos los días, pero al llegar, se miraron completamente desorientados ante lo que había frente a ellos: nada. Efectivamente, donde siempre había estado la escuela, ahora no había nada, era un terreno vacío, tierra seca.
    Un alumno de séptimo grado fue el único que se atrevió a meterse en ese gran espacio vacío. Y en el centro del terreno encontró algo. Hizo seña a los demás, quienes, lentamente y con temor se aproximaron. Tirada en el suelo  había una hoja escrita mecanografiada. Decía: “ME FUI DE VACACIONES. VUELVO EN MARZO”. Firmado: LA ESCUELA. ¿Qué clase de broma es esta? Gritó el director, ya al borde de la desesperación. No era ninguna broma. La escuela, el edificio completo, incluyendo el patio y el mástil, se había ido de vacaciones.
    Y encima se había equivocado. Se había ido una semana antes de que terminaran las clases.
-¡si por lo menos hubiera esperado un poco!
-¿Dónde vamos a hacer la fiesta de fin de año?
-agregó la maestra de música decepcionada porque había preparado la fiesta durante un mes.
-si, pero, ¿adónde habrá ido?- preguntó un chico de quinto- ¿adónde van de vacaciones las escuelas?
Por supuesto nadie pudo contestar.
    Simplemente, porque semejante cosa nunca había pasado antes. Después de un rato, cada uno se dispuso a rastrear en Twitter y Facebook  para averiguar algo. Cada uno, con su cara de asombro, se fue a su casa. Al día siguiente las clases se dieron por terminadas. AHORA, SÓLO LE RESTA AL PUEBLO DE BOSQUECITO ESPERAR…

                                                                                 F I N                                                               
  Por Facundo Lirusso  

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