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ace mucho tiempo, en un país lejano, vivía una bella princesa llamada Blancanieves. Como su papá había enviudado se casó con una hermosa mujer. Ella era tan bella que Blancanieves sintió celos de su padre que estaba tan admirado por su nueva esposa. En cambio la reina, la verdad sentía mucho cariño por ella. Blancanieves era tan vanidosa, que todos los días se sentaba en su computadora y entraba en su Facebook y le preguntaba a sus admiradores: díganme quién es la más bella de este reino. Entonces los admiradores le respondieron en su e-mail y en su página: tú eres la más bella de este reino.
Hasta que un día Blancanieves entró a su Facebook e hizo la pregunta de siempre a sus admiradores: díganme quién es la más bella de este reino, dijo ella como de costumbre, pero Blancanieves esta vez se llevó una desagradable sorpresa. Los admiradores le contestaron: la más bella de este reino es la reina. Blancanieves se enojó tanto, que llamó por teléfono a un detective y le ordenó que se llevara a la reina al bosque y la matara -tráeme su corazón en este cofre- le indicó, de esta forma tendrás la prueba de que has cumplido mis órdenes. El detective salió inmediatamente a buscar a la inocente reina, pero cuando llegó con ella al bosque, sintió lástima y no tuvo valor para matarla.
Así que la dejó escapar y, para engañar a Blancanieves, cazó un jabalí, le sacó el corazón, lo guardó dentro del cofre y se lo llevó, fingiendo que pertenecía a la desdichada. Entonces, la reina se quedó sola en el bosque, sentía mucho miedo, corría sin saber a dónde ir y lloraba por lo que le había hecho Blancanieves. Siguió andando toda la noche hasta el amanecer, finalmente llegó a un sitio. Allí descubrió una casaquinta, con piscina techada y climatizada, con cancha de tenis, un spa y con 7 garajes. Los enanos, dueños del lugar, habían salido a trabajar a sus distintas ocupaciones. El primero era abogado. El segundo, empresario. El tercero, financiero. El cuarto, periodista. El quinto, mecánico. El sexto, docente. El séptimo, doctor
La reina entró a la casa quinta y vio 7 platos, 7 vasos, 7 servilletas, 7 tenedores y cuchillos. Como la pobre estaba tan cansada de tanto andar se acostó en el somier de los enanos y casi al instante se quedó dormida. Por la tarde llegaron los dueños de casa quinta. Eran 7 enanitos que volvían del trabajo. El primer enano vino en una motocicleta, el segundo en un Fiat Duna, el tercero en una 4x4, el cuarto en un Citroën C4, el quinto en una camioneta Chevrolet, el sexto en una Bora el séptimo en una moto Suzuki. Los enanos, al encontrar a la reina durmiendo en sus somieres, quedaron congelados. Ella despertó asustada, pidió disculpas por la intromisión les contó su triste historia con lujo de detalles. La invitaron a vivir con ellos.
Mientras tanto, en el palacio, Blancanieves, convencida de haberse deshecho de la reina, volvió a hablar con sus admiradores y entonces preguntó: Díganme, ¿quién es la más bella de este reino? Y ellos respondieron: ¡Ya lo sabes bien! La más bella sigue siendo la reina que ahora vive feliz en el bosque, en la casaquinta de los 7 enanitos. Blancanieves se puso furiosa y vengativa como era, se disfrazó de inocente viejecita y partió con su limusina hacia la casaquinta con una canasta repleta de frutas envenenadas con fertilizante para matar ratas. Al encontrar a la reina, le ofreció una manzana. Sin sospechar nada, la ingenua reina aceptó el obsequio y cuando dio el primer mordisco, cayó desvanecida.
Al regresar los enanitos, encontraron a la reina tendida en el suelo, tan pálida y tan inmóvil que la creyeron muerta. Se pusieron muy tristes y le construyeron un ataúd de cristal para que todos los animalitos del bosque pudieran verla por última vez. Un apuesto caballero justo pasaba por allí, quedó flechado al ver la belleza de la reina y se lamentó por la tragedia. Antes de seguir su viaje, bajó de su motocicleta y se acercó para besarle la frente. Oh! ¡Qué sorpresa se llevaron todos cuando ella despertó!
Entonces los enanos saltaron de alegría. Al otro día, la bella Blancanieves quedó detenida por los guardias del reino. Cuando se presentó la reina contando lo sucedido, el papá de Blancanieves para castigarla la encerró en un palacio muy lejano, distante de su reino.
El rey mandó hacer una fiesta en homenaje a la reina en el palacio, invitó a los enanos en agradecimiento por su ayuda. Los invitados, el rey y la reina bailaron toda la noche festejando su encuentro y su amor.
F I N
Por: Matías Theiler
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